Nos ha dejado Carmen Valero. Nos quedará su legado - dos veces campeona mundial de cross (1976 y 1977) y primera española atleta olímpica (1976)-. Y sobre todo, su ejemplo. Carmen será referente eterno para todas las niñas que empiecen porque ella llegó a lo máximo en un tiempo casi imposible para que la mujer en España pudiera llegar donde ella llegó.
Aragonesa del municipio turolense de Castelserás empezó de la mano de otro grande, José Molins y con apenas veinte años dejó a todos con los ojos abiertos al conquistar la medalla de bronce en el mundial de cross. Después fue nada menos que veintiséis veces campeona de España, ocho de ellas de cross. Y venció a las soviéticas, y a todas las demás, en los mundiales de campo a través de Chepstow y Düsseldorf. Un año más tarde fue, junto al gran Mariano Haro, la gran atracción en el cross de Elgoibar de 1978. Ambos ganaron y, desde entonces, Carmen quedó para siempre en ese hisórico libro que la vemos sostener en las manos, el que contiene a todos los ganadores del Memorial Juan Muguerza, que este domingo cumple ochenta ediciones. Hace cinco, la localidad guipuzcoana, rindió homenaje a los ganadores y allí estuvo, orgullosa y feliz, Carmen Valero con su gente, la gente del cross.
Como vemos, nos dejó una vez más su sonrisa franca y plena. La misma que compartió en 2011 en Punta Umbría. Allí fue la primera vez que la ADOC añadió a su catálogo de premios el de ATLETA LEGENDARIO/A y todos estuvimos de acuerdo en que la primera premiada debía ser ella. Lo fue y, como en Elgoibar, compartió con todos nosotros un fin de semana pleno de felicidad.
Así vamos a recordar a Carmen. Como en la imagen. Sonriendo y feliz. Gracias por todo, campeona. Nunca te olvidaremos.