El campo a través en España tiene más de cien años de vida. Fue, en 1916, la primera especialidad que tuvo campeonato nacional, incluso antes del nacimiento de la Federación.
Como es lógico ha habido épocas mejores y peores pero, a día de hoy, es también el único colectivo atlético en España que tiene Asociación propia, la ADOC. Y la única especialidad que congrega las mejores pruebas del mundo (siete de las catorce citas de máximo nivel se disputan en nuestro país). Cada domingo, además de las élites, hay hueco para las secciones inferiores. Para miles de niñas y niños que se inician en el atletismo corriendo sobre la hierba o el barro.
Desde hace años nuestras pruebas han abierto hueco también a los populares, que corren en los mismos circuitos y hay ya varias pruebas inclusivas. E incluso alguna exclusiva para personas con discapacidad. Hay carreras que programan relevos mixtos para empresas o grupos de amigos. Otras que la víspera programan charlas o conciertos para atraer a los más jóvenes. Hay, en definitiva, una preocupación por mejorar y modernizarse gracias a los organizadores que, en su mayoría de modo altruista, gastan horas de su vida para que el cross siga vivo. Y lo más importante: hay relevo.
En Amorebieta al sempiterno Juanjo Andérez se ha unido ya el más joven de la familia Bilbao, Kimetz, que ha modernizado las redes y tiene nuevas ideas. Igual que en Itálica con Antonio y su nuevo grupo de trabajo. A Soria llegó hace poco Edurne, que este año hará en el mismo fin de semana la gala ADOC (sí, somos también la única especialidad con su propia Gala y con premios en metálico a los mejores atletas nacionales, absolutos, sub 23 y junior). Su cross y el campeonato de España de clubes. En Alcobendas Galindo comanda también un grupo de jóvenes y lo mismo en Alcalá, con los chicos del Cervantes, que no paran de ingeniar nuevas fórmulas para llevar atletas a su cross. En Cantimpalos sigue Iñigo, también joven. Y este año se estrena en nuestro circuito Amurrio, gracias a Pablo Mas. Otro joven que, en su caso, viene del ciclo cross y tiene ya experiencia organizando pruebas. Ahora se pasa al campo a través “para relanzarlo”. Este será el segundo año con nosotros de Víctor, que ideó el año pasado el cross de Zaragoza. En Venta de Baños hubo cambio de concejal y el nuevo, Diego, lleva años siguiendo el circuito español colaborando en la difusión a través de las redes. Igual que Rafa y todos los jóvenes del club atletismo Manchego en Quintanar. En Elgoibar tienen desde hace años a otro joven, Zigor, que cogió el testigo a los organizadores de un cross que tiene ochenta años de vida. Y aún es más antiguo el de Ulía, que recientemente, de la mano de Javi, Luis o Mikel, delegaba el marketing y la comunicación en una joven empresa de la zona.
Y hasta en la ADOC sigue, de modo altruista, gente que ya no está en la organización de ningún cross pero quieren seguir trabajando en pos del futuro de nuestra querida disciplina. Nuestro presidente Manuel, Carmelo o José Manuel entre otros.
Todos juntos luchan por el cross y contra las barreras. Incluso contra las federaciones que quieren parcelar la temporada de aire libre, la de pista cubiera y la de campo a través pero, a la vez, permiten que la ruta sea todo el año.
Sabemos que hubo épocas más florecientes, pero dejadme que os cuente a modo de ejemplo. ¿Sabéis cuantos periodistas acudieron, hace ahora veinte años, a la presentación de Kenenisa Bekele como corredor, al día siguiente, del cross de Venta de Baños? Ninguno. Entonces había más dinero, la ruta no es lo que es hoy, y venían los mejores del mundo al campo a través. Ni éramos entonces tan buenos, ni ahora tan malos. Y hablando de dinero, que nadie olvide que – con menos posibilidades – el cross sigue siendo una de las escasas fuentes de financiación para nuestros atletas.
Conocemos nuestras debilidades pero también nuestras fortalezas y, sobre todo, estamos abiertos a que quien quiera entre y eche una mano. Miremos cada uno en nuestra esfera qué podemos hacer para preservar algo tan nuestro y tan bueno. El cross español no cae por un barranco. Todo lo contrario.
Alberto Calleja.
